Capítulo 1


La clase de matemáticas había comenzado cuando Hayley Hardwicke aún caminaba por el pasillo de Menhide High. Sus botas de combate pesaban más que nunca. Mientras intentaba acelerar el paso un poco más, leía atentamente el número de las aulas en busca del aula 35B.

Cuando por fin descubrió el aula 35B, el estruendoso timbre que avisaba del final de la pesada y espesa clase de primera hora y más aún, del primer día del curso la sorprendió.

-¡Joder!-se quejo Hayley mientras rebuscaba en su mochila el horario. Segunda hora: francés, aula 28A. Eso significaba que tenía que trasladarse hasta el otro edificio del instituto en menos de cinco minutos y ni si quiera conocía el número de cada aula y su posición.-Dos años en este maldito infierno y aún no me sé el numero de cada aula. Este año lo llevo crudo.

Hayley dio media vuelta antes de que Alison Barnes se acercase con su usual sonrisa y su burda imitación de Hayley. Se podría decir que era como su presidenta del club de fans en la que solo estaba ella y había fundado ella. Alison era diferente al resto de la gente. El resto de la gente odiaba a Hayley mientras que Alison trataba de ser ella.

-¡Eh, Hayley!- grito Alison casi asfixiada mientras corría detrás de Hayley, que esta a su vez, aceleraba el paso.- ¡No corras tanto que no te alcanzo!

Todo el mundo la miraba excepto Hayley que seguía avanzando entre el bullicio de la gente. Le faltaba poco para salir del edificio e ir corriendo por el corto trecho que había entre los dos edificios. Estaba apunto de conseguirlo hasta que se cruzo con su mayor rival: Gabriella Cohen. Gabriella era detestable y pija. Nunca salía a la calle sin su brillo de labios, sin su sombra de ojos ni su colorete, ni sus tacones, es decir, no salía a la calle si no era falsa, arrogante, detestable y egocéntrica.

-Aparta del medio, bicho raro.-Rugió Gabriella al ver a Hayley.
-Creo que no te has mirado al espejo esta mañana. ¿No es así, Gabriella? Sino, sabrías que aquí la bicho raro eres tú.
-Yo al menos me reflejo y me cercioró de que vengo bien vestida a clase, cosa que los vampiros no pueden.
-Que nivel Shakespire, pero recuerda que te puedo morder y dejarte una gran cicatriz que estropearía tu perfecto cuello. Ventajas de ser vampiro.-Espetó Hayley a su tan conocido insulto en modo de sarcasmo mientras pasaba sus dedos por el cuello de Gabriella.
-Quitame tus manos de encima, perdedora.-rió Gabriella con cierto sarcasmo procurando no admitir su derrota mientras se apartaba de la puerta y dejaba el paso libre a Hayley.- Recuerda bicho raro, tienes los días contados.

Hayley respiró hondo y se dirigió a abrir la puerta cuando un leve golpe en el hombro la obligó a mirar hacía atrás. Alison. El plan de Hayley se había desbaratado antes de poder terminar el punto uno.

-¿Qué quería Gabriella?- se impacientó por saber la respuesta.
-Nada importante.
-Ah, ok. ¡Qué peinado tan guay!- expresó Alison con una mueca de decepción porque su ídolo no le contase su pelea con la mandamás de Menhide High. Para ella era lo más frustrante del mundo.
-Alison, es el de siempre.
-Ya lo sé, pero nunca me cansaré de repetírtelo.
-Pero yo ya estoy cansada de oírlo.

El resto del camino paso lento y aburrido. Alison no paraba de hablar sobre sus vacaciones en Australia. Parecía increíble que alguien pudiese contar dos meses australianos en menos de dos minutos. Aún así, Hayley no prestaba ni un ápice de atención.

Alison se había apuntado a las mismas clases que Hayley. Misteriosamente se las había apañado para averiguar que elegiría Hayley. Eso tenía un lado bueno para ella. No se perdería en camino a alguna clase. Aunque preferiría perderse en todas las clases antes que escuchar despotricar frases sin sentido a Alison.

Hayley procuró que Alison se sentara la primera para alejarse lo máximo posible de ella, aunque como siempre, no funcionaba. Siempre conseguía cambiarle el sitio a alguien con tal de sentarse al lado de ella. Alison no tenía escrúpulos, sería capaz de humillarse en público con tal de conseguir un sitio cerca de ella.

Todos estaban hablando de sus apasionantes y exóticas vacaciones de verano con su grupillo. Todos menos Hayley que ni si quiera ponía cara de atender cuando Alison hablaba, pero parecía que a Alison eso le daba igual. De repente, cuando Jeff, el inmaduro e infantil compañero de clase, dibujaba un burdo dibujo de una chica con mucho pecho y poca ropa, la profesora Julianna Marra entraba por la puerta. Su perfecto e impecable traje de oficinista daba miedo. Sobre todo si lo combinabas con su repelente verruga en una de sus mejillas y su acento ruso.

-Bonjour.-dijo en su perfecto acento francés ocultando sus origenes rusos. Si no fuese porque todos conocian su nacionalidad rusa podrían asegurar que era francesa.- Como es el primer día de clase, os hare un pequeño examen para averiguar cuanto sabeis de francés. Recordad. No os sintais presionados pero la nota que saqueis definirá vuestra nota al final de trimestre y lo que es más importante, vuestro futuro dependerá también de ello.

Todos corearon un «Jo» o algún que otro «Me ca». Mientras la Srta. Marra repartía los examenes, todos intentaban recordar sus conociemientos adquiridos a lo largo de la secundaria mirando el nuevo libro de francés aún sin estrenar, o en el caso de los repetidores, roto.

Hayley miró con detenimiento su examen mientras empezaba a contestar las preguntas con soltura. A pesar de que se le diese mal el francés, no tenía problema alguno al contestar al mismo examen que hacia la Srta. Marra cada año desde hace 10 años.

-Quedan 2 minutos.-advirtió la Srta. Marra.

Todos intentaban apurar esos últimos minutos para contestar las últimas preguntas que no recordaban. Todos menos Alison que, como siempre, terminaba la primera gracias a su gran capacidad de estudio. Otra ventaja para Hayley.

Al cabo de 2 minutos exactamente sonó el timbre, tan estruendoso como siempre y sin comprobar ni una sola pregunta, Hayley, salió lo más rápido posible de clase hacia la cafetería del instituto a por una palmera para comer en el patio.

El cielo estaba nublado, a pesar de hacer calor. Los “novatos”, como así llamaban los que estaban a partir de 2º para abajo, jugaban como inmaduros al futbol o las chicas se apoderaban de algún rincón a hablar de chicos o de maquillaje y moda. Pero Hayley no. Hayley simplemente se sentaba en algún banco de la zona habilitada para comer mientras esperaba a que Gabriella pasase por ahí y la insultase o simplemente a que Alison viniese con la misma camiseta de Paramore con la que Hayley había venido el día anterior. Aunque Hayley no era “novata” y mucho menos una más.

-¡Hola, Hay!
-Hola Alison- dijo Hayley con tal indiferencia que quito el animo a Alison.- ¿Sabes que nos hemos visto hace 5 minutos?
-Si, pero a la salida no te encontraba.
-Alison, ¿después de dos años aguantándote e ignorándote no te ha quedado claro que paso de ti?
Alison se fue sin mediar palabra, a pesar de estar acostumbrada a escuchar las mismas palabras todos los días, esta vez le dolieron más que nunca. Hayley no se las solía decir hasta después de 4ª hora. Pero ha Hayley no le importaba lo más mínimo lo que le pasase a Alison. Simplemente pasaba de ella.

-La has hecho daño.-le sorprendió una voz a Hayley.
-¡Joder! Que susto me has dado.-admitió Hayley al darse la vuelta.-¿Y a ti que te importa lo que haga o lo que deje de hacer?
-No es que me importe pero deberías estar orgullosa de que alguien te admire en vez de que te deteste.
-Si, claro. ¿Y que más? Alison lleva así desde hace dos años. Y al principio me halagó pero luego se volvió una pesadez. Me gustaría más Alison si tuviese su propio estilo en vez de copiar el mío. Si fuese ella en vez de yo. Y, además, ¿quién eres tú para meterte en mi vida?
-Lucas Madison.
-Hayley Hardwicke.
-Bonito nombre, como la cantante de Paramore.
-¿Te gusta Paramore?-se entusiasmó Hayley, aunque intentaba no parecerlo tanto.
-Es mi grupo favorito. Y quien no lo conoce es un ignorante, ya sabes, The ignorante is your new best friend.
-Parece mentira que entre tanta panda de paletos encuentre a alguien con cerebro.-rió tontamente como una colegiala delante de su ídolo favorito.
-Y parece mentira que una chica como tú vaya a este instituto.
-Bueno, las apariencias engañan. Y dime, ¿eres nuevo?
-Si, mi familia se ha mudado aquí este verano desde Virginia.
-Pues bienvenido a Menhide, donde solo hay palurdos.
-Gracias por la información, lo tendré en cuenta a la hora de ligar con alguna.
-Pues si te gustan las chicas con 10 kilos de maquillaje y sin cerebro, chico, este es tu sitio.
-Pues yo veo a una que no es así.
-Pues esa una no esta interesada.

Hayley se levantó de su asiento, se puso bien su falda negra y su camiseta negra a rayas rosas y se fue sin despedirse. Hacia su clase de tecnología, Hayley se encontró con Alison sollozando en un banco de la entrada. Y por primera vez en su vida, Hayley sintió pena de ella y reflexionando sobre las palabras que le dijo Lucas, se dirigió a ella.

-Alison.
-¿Qué quieres?-dijo Alison entre sollozo y sollozo.
-Vengo a pedirte perdón por lo que te dije y ofrecerte un trato.
-Disculpas aceptadas.-el ánimo de Alison se empezaba a animar.- ¿Qué trato?
-Soy tu amiga si me prometes ser tu misma, sin intentar ser yo.
-¿Qué quieres decir con ser yo misma? Estoy siendo yo misma.
-No, no lo estas siendo. Desde que me conociste intentas ser yo. Recuerda como eras antes de entrar en el instituto. Eres una chica muy sociable e inteligente, vestías siempre como querías. Sin importar lo que dijesen los demás. Tenías personalidad.
-¿Estas diciendo que si vuelvo a ser como antes serás mi amiga? Menos mal. No me gusta vestir siempre así.-dijo sacándose la camiseta de My Chemical Romance descubriendo una camiseta rosa.
-Entonces, ¿vienes conmigo a tecnología, Al?
-Nadie me llama Al desde que estoy contigo.
-Bueno, tu me llamas Hay y yo te llamo Al.

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