Capítulo 4

 -¿Me estas diciendo que esa estúpida humana te ha llamado?
-Lo que oyes, Charlotte. Esa chica me sorprende cada vez más. ¿A ti no te pasa eso? No sé que pensar de ella.
-Eres un vampiro que la puede matar en cuanto quiera. Tienes el control absoluto de la situación, pero te llama ella y tú la coges.
-Pero porque la quiero.
-Tú quieres su sangre.
-También, pero quiero que ella sea mía.
-Desde luego, yo no te entiendo. Yo no pienso formar parte de tan absurdo plan.
-Recibirás unos honorarios.
-Entonces cuenta conmigo. ¿Qué tengo que hacer?
-Matar a Lucas.

Charlotte ni se inmutó con aquella idea. Era una vida humana, y a ella no la importaba. Más hueco en este mundo para sangre más fresca. Al fin y al cabo, era inmortal desde el siglo XIX. Tampoco la importaba tanto. Había visto morir a toda su familia y ni siquiera había asistido al funeral. Vagaba por el mundo con la única compañía del repicar de sus tacones contra el suelo.

* * * * *
El timbre que anunciaba el final de las clases sonó más fuerte que nunca, al menos para Hayley. Salió disparada de su clase de literatura. Por una parte se alegraba de no tener a nadie que la siguiese ni nadie que la acosase. Estaba en la universidad y todo era diferente. Era adulta. Tenía 18 años y por fin podía comprar tabaco, entrar en las discotecas y beber alcohol sin que al policía supusiese ningún problema.

Hayley disfrutaba de la gloria cuando Gabriella se la acercó por la espalda.

-Siento lo de la tumba de Alison- dijo en un claro tono de sarcasmo. ¿Era realmente sarcasmo o es que Gabriella no sabía hablar en otro tono? Fuese lo que fuese, a Hayley se la traía al fresco.
-¿Cómo te has enterado?
-Las noticias, bicho raro.-volvía a ser la Gabriella de siempre.
-Si, supongo. Las noticias. No dejaran en paz a Alison ni muerta. Primero su secuestro por parte de Andrew, luego su muerte y ahora esto-empezó a musitar Hayley en un tono ilegible.
-¿Qué?-dijo confusa Gabriella.-¿Sabes qué? Me da igual. Paso. Que te diviertas con tus matemáticas avanzadas.

Hayley, aturdida en mitad del pasillo, veía como los estudiantes seguían alborotados por las zonas transitables de la universidad.

Hayley notó unos pequeños golpecitos en su hombro. Bueno, golpecitos de verdad no. Solo sus imaginaciones. Alison. ¡¿Alison?!

-¿Qué coño haces aquí?-dijo en bajo Hayley tratando de no parecer una loca en potencia.
-¿Tú qué crees? La vida de un muerto es taaaan aburrida, la tuya al menos es más productiva.
-¿Estas muerta?
-Hoy estás tonta. Me viste morir, asististe a mi funeral, lloraste por mi. ¿Te acuerdas?
-No me refiero a eso. Me refiero, ¿No eres mi imaginación?
-Y dale, que no. Soy la misma Alison que siempre, Solo que traspasable y muerta.

La gente empezaba a mirar raro a Hayley y ella comenzó a caminar por los repletos pasillos de Menhide University. Alison la seguía.

-¿Qué sabes de la profanación de mi tumba?-espetó Alison así de sopetón.
-¿Por qué piensas que se algo?-replicó Hayley aún en un volumen inferior al normal.
-Porque viste el telediario, llamaste a Andrew y porque se que habrás estado investigando.
-Solo se que hay otras tumbas profanadas que coinciden con algunos datos; centro académico, edad y calificaciones. Andrew no lo hizo. Además, es tu tumba. ¿no sabes quien la profano? Osea, no puedes transportarte hasta donde esté tu cadáver o algo así?
-Querida Hayley, si fuese así no te estaría haciendo preguntas.
-Cierto.

Nada más pronunciar esa ultima palabra, Alison desapareció.

Entonces, Hayley podía ver muertos. Porque si Alison estaba muerta y ella la había visto. Ya se estaba volviendo loca definitivamente. Pero loca de remate.

Matemáticas avanzadas. Odiaba esa clase. Ni si quiera sabía porque las había elegido avanzadas. Hayley no es que nunca hubiese sido un genio. Ella era lista pero podía ser tan tonta eligiendo asignaturas; matemáticas avanzadas, física y química, literatura, etc.

Clase aburrida, clase aburrida y más clase aburrida. Eso era matemáticas avanzadas para Hayley Hardwicke. Tampoco era tan malo si tenias en cuenta que la silla que tenía asignada Hayley era cómoda y confortable, se podía dormir a gusto.

El timbre vuelve a sonar despertando a Hayley de su reconfortante sueño. Como siempre, no se había enterado de los deberes.

-Hayley, no te has enterado de lso deberes ¿verdad?-preguntó Liz sosteniendo su carpeta con las dos manos mientras salía de la clase con Hayley.

Liz siempre había sido amiga de Hayley. No hablaban mucho pero el paso a la universidad las unió más. Estaban solas y las dos odiaban a Gabriella. El resto de compañeros se habían ido a universidades mas “glamurosas”, por decirlo de algún modo. Los demás estudiantes de Menhide University estaban aquí por obligación de los padres, matrículas de otras universidades rechazadas, etc. El caso es que Menhide University siempre tenía alumnos.

-¿Te digo la verdad o te miento?-la preguntó Hayley en un tono adormecido y decaido.
-Miénteme.
-He estado tan atenta en clase que no solo he apuntado la tarea sino que también he cogido apuntes. Enserio Liz, hoy no estoy para muchas bromas. Suelta que ha mandado el Sr. Pescado podrido.-Hayley llamaba así a su profesor de matemáticas porque se llamaba Sr. Fish, y siempre olía mal.

Liz la entregó una hojita con la tarea apuntada. Hayley la guardo en su bolsillo y se fue al aparcamiento. Cogió su nueva moto y se fue a su casa.

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