Capítulo 12

-Pontelo.-ordenó Andrew con la autoridad de un policía.
-¿Qué es esto?-volvió a preguntar Hayley aún más enfadada.
-¡Qué te lo pongas!

Hayley se acomodo el vestido sobre sus brazos y se dispuso a ponérselo cuando Andrew la interrumpió.

-Es mejor que te quites la ropa. Vas a pasar calor.

Hayley hizo caso omiso.

-¡Que lo hagas!

Hayley, asustada, se quito la ropa, quedándose en ropa interior. Se puso el vestido y mientras que lo hacía se dio cuenta que era un vestido de novia.

-¿Estas loco? ¿Por qué haces esto?-discutió entre sollozos.
-Yo creo que es obvio.-dijo mientras levantaba un tela donde se descubrió un cura atado y amordazado a un silla, peleando por salir de ahí.
-¿Enserio? ¿No tenías nada mejor que hace que casarte conmigo?
-Te equivocas, no te vas a casar conmigo. Te vas a casar con él.-y señaló a Lucas.

Hayley no dijo nada. Simplemente se calló. Ni siquiera sabía que decir. Casarse con Lucas. Era algo que quería y que a la vez odiaba. Odiaba eso de atarse a alguien. Odiaba sentirse querida. Quería a Lucas. Quería tener a alguien que querer. ¿Que quería? Ni siquiera ella lo sabía.

Tenía que hacerlo. Tenía que salvar a Alison. Tenía que salvar a Lucas. Tenía dos opciones. Casarse con Lucas y salvarlos a todos o no casarse con Lucas y a saber Dios que pasaría.

Decidido. Se casaría.

-Vale.
-Me gusta que colabores.
-Lo haré con dos condiciones. Uno, sueltales a todos y dos, dime, ¿por qué?
-De acuerdo. Los soltaré a todos. ¿Por qué hago esto? Fácil. Quiero que os caséis para que así ese bastardo pueda ver como me tiro a su esposa en su noche de bodas.
-No tiene sentido.
-Desde tu punto de vista no. Desde el mio, si.
-Qué te den.-grito Hayley desesperada por un último intento de compasión.

Andrew se enfado. Parecía que Hayley no comprendía la situación, y la pegó. Hayley puso cara de desprecio. Odiaba que la pegasen. Odiaba llevar un vestido de novia. Odiaba tener que comprometerse. Era evidente que odiaba muchas cosas. Y se le ajuntaban en ese preciso instante.

Hayley se dio cuenta que por mucho que gritase, Andrew no les soltaría. Apartó la vista de su cara y se quedo observando como lentamente se alejaba en dirección al cura.

-Escuchame bien, te voy a soltar y les vas a casar. Luego, te meteré en la furgoneta y te dejare en tu parroquia. A cambio de dejarte vivo, quiero que no grites ni hagas alguna estupidez.

Andrew soltó al cura, este respiró más hondamente absorbiendo más oxigeno del que podía tragar. Tenía ganas de gritar pero él sabía que no podía, necesitaba su vida más que nada. Tenía seres por los que vivir.

Andrew hizo un gesto a Hayley para que se levantara y se sentara al lado de Lucas. Esta lo hizo sin abrir la boca. Ella tampoco quería morir. El cura empezó a recitar de memoria el ritual de casamiento de la Iglesia mientras sus piernas temblaban. Cuando llego a la parte del Si, quiero, se detuvo.

-¿Qué pasa?-vociferó Andrew.
-No me se sus nombres.-musitó timidamente.
-Hayley Hardwicke y Lucas Madison.-dijo cansado e impaciente.
-Hayley Hardwicke, ¿quieres a Lucas Madison para amrle y resptarle en la...?
-¡Basta ya! Hazlo rápido que no tenemos todo el día.-se quejo Andrew.
-Hayley Hardwicke, ¿quieres a Lucas Madison por esposo?

Hayley miro a Lucas y luego miro a sus doloridos pies en el suelo. Dirigió su mirada al cabestrillo que tenía colocado en su brazo. Y empezó a musitar lentamente:

-Si, quiero.
-Lucas Madison, ¿quieres a Hayley Hardwicke por esposa?
-Si quiero.-dijo abiertamente y sin pensarlo dos veces.
-Pues yo os declaro marido y mujer-dijo el cura mientras hacia la cruz sobre ellos.-Puedes besar a la novia.-dijo dirigiendose a Lucas.

Lucas y Hayley se besaron, pero parecía un beso forzado. Antes de poder terminar el beso, Andrew cogió a Hayley del brazo malo y la sentó en una silla mientras esta se quejaba.

-Supongo que ahora vendrá la parte en la que me violas y obligas a Lucas a mirar. ¿no?
-Te equivocas, querida Hayley. Ahora viene la parte en donde te cuento todo mi plan malvado.
-Y ahora te pones en plan Doctor Doofenshmirtz. Que guay.
-¿Quién?
-¿No le conoces? El doctor Doofenshmirtz, de Phineas y Ferb. Como se nota lo poco que ves la tele.
-No juegues con fuego que te quemas.-le advirtió Andrew a Hayley.-Comencemos con mi plan malvado.

Todo empezó cuando vino él. Señalo descaradamente a Lucas. Tú embaucaste a mi pobre e inocente Hayley con tus sucias y pervertidas mentiras. Y conseguiste que se metiera debajo de tus pantalones.

-¡Eh!- se quejo Hayley.-¡Qué aún soy virgen!

El caso es que, gracias a ti, Hayley es ahora otra persona. Y la única manera de jugar conmigo, era jugar primero con Alison. Es fácil atraer a chicas como Alison, tan inocentes y descuidadas. Apuesto a que se dejarían violar por su padre si él se lo pidiera. Conseguí convencerla de que tú sólo querías hacerla daño y gracias a eso, la atraje hasta mi lugar preferido, la venta de la biblioteca. La secuestre y la traje hasta aquí.

-¡Qué malote!-dijo Lucas con gran sarcasmo.
-Demasié para este mundo.-le respondió Hayley.
-¡Basta ya!

Ahora, Alison está aquí. Viva. Y créeme, me costó mucho conseguir que siguieses tus sueños. Lisbeth me ahorro el trabajo. Tú ya te obsesionaste con buscar a Alison. Y ahora estás aquí, casada, con un vestido de novia blanco y pomposo, algo que seguramente nunca te imaginaste puesto.

-¿Y? Si, llevo un puto vestido blanco y pomposo y si, estoy casada, pero estoy casada con el hombre al que amo.-respondió Hayley.
-Conmovedor.-dijo mientras se movia de un lado a otro dando aplausos pausados.-Piensas que así os soltaré antes. Seguidme.

Lucas y Hayley le siguieron sin mucho animo. Hayley procuraba agarrarse a Lucas con el fin de no tropezarse y caerse con su pomposo vestido. Atravesaron una corredera de color oscuro que no llegaba a ser negro. Al final de la corredera había una enorme habitación decorada con motivos japoneses.

Andrew abrió la puerta. Alison. Una invisible daga de hierro atravesó el corazón de Hayley, que cayó al suelo por la emoción de ver a Alison viva. Esta se veía muy mal. Tenía heridas y magulladuras por todo el cuerpo. La sangre color burdeos manchaba su exquisito vestido azul con estampado floral. Sus ojos se veían rojos y humedecidos de tanto llorar. Hayley se levantó y salió corriendo, en un impulso, hacía Alison.

Hayley agarró su mano, las froto bien fuerte y susurró ininteligibles palabras de consuelo.

-Todo está bien, todo está bien.

Acarició su melena grasienta y desnutrida y desató sus cadenas en un fuerte impulso por aparentar que todo había pasado.

-Ya está. Están libres, me has explicado el por qué de todo esto y ya estoy casada. ¿Contento? Pues bien, venga, violame. Pero recuerda este día el resto de tu vida.
-¿Por?
-Porque será el mejor polvo que eches en tu vida.
-En todo caso, será al revés.
-Bueno, ya. Cómo si tú hubieses echado muchos.
-No subestimes mis palabras. Pueden ser las últimas que escuches.

Hayley se quedo temblando fingidamente en un inesperado gesto reflejo de sarcasmo hacía su violador. Ella tenía la costumbre de hacer o decir algo en el momento que no debía, haciendo que su vida corriese peligro.

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