Capítulo 3

-¿Eres tonto o pellizcas cristales?-dijo Hayley mientras reía alborotadamente y lanzaba un peluche a Lucas.
-Creo que un poco de las dos cosas-contesto él defendiéndose de aquel ataque esponjoso.
Hayley, Lucas y Alice se encontraban sentados en el sofá viendo una película de humor y Lucas haciendo el ganso delante del televisor. Alice reía como nunca lo había hecho y le lanzaba palomitas. Se lo estaban pasando en grande hasta que la película se paró y en vez de anuncios apareció el informativo.

“Se ha encontrado, hace unas horas, las profanaciones de algunas tumbas en el cementerio de Menhide. Entre los cuerpos profanados se encuentran los de Alison Barnes, Michael Score, Amie Simpson y Amanda Harrinton. Todos concuerdan en los siguientes datos: edad, centro de estudios y calificaciones. Si alguien sabe algo llame al siguiente número...”

Hayley se quedó paralizada mientras el presentador seguía hablando. Alison Barnes. No le bastaba con matarla que también tenía que profanar su tumba y robar su cadáver. Fuese quien fuese se las pagaría. Pero primero tenía que averiguar quien demonios era. No le gustaba nada la maldita idea del cuerpo de Alison dando vueltas por ahí. Era grotesco y macabro hasta decir basta.

Hayley subió corriendo las escaleras preguntando en alto donde estaba el telefono.

-¿Qué coño haces?-preguntó Lucas asustado.
-Voy a llamar a Andrew.
-¿Estas loca? El mató a Alison y estuvo a punto de violarte.
-Pero el tendrá las respuestas que busco.
-No lo hagas.

Hayley siguió corriendo por las escaleras y Lucas desesperado la agarró por el tobillo y esta cayó arrastrando a Lucas con ella por las escaleras. Hayley cayó encima de Lucas aplastandole.

-Te pasa por impedírmelo.-continuó Hayley a la vez que se incorporaba y seguía subiendo las escaleras.

Lucas simplemente se quedó ahí tirado, asombrado por la rapidez que se tomó Hayley en levantarse y subir a llamar a su enemigo. ¿Enserio? Hayley era más lista que todo eso. ¿Por qué llamar a Andrew? Era una estupidez. Hayley cometía estupideces.

* * * * *
-¿Si?-Alguien contestó al otro lado del teléfono. Andrew.
-¿Andrew? Soy Hayley. Mira, yo sé que te odio y todo eso. Pero te llamo en busca de respuestas.-la respiración que se escuchaba al otro lado de la linea transmitía asombro y sospechas.-¡Joder, Andrew! ¿Por qué demonios has profanado la puta tumba de Alison? ¿No había nada mejor que hacer? ¡Es Alison!
-¿De qué diablos hablas? Yo no he hecho nada. ¡Joder Hayley! ¡Me ofende que pienses eso de mi!
-Como para no. Tú la mataste, quisiste violarme, me casaste con Lucas, secuestraste a un cura, y me espías.
-¿Y? No soy un profanador de tumbas.

Nada más decir esa frase, la linea se cortó. Andrew había cortado a Hayley. ¡A Hayley! Debía de ser al revés pero con ella era todo lo que no debía ser.

Alice seguía en el sofá, sentada. No se había enterado de nada y eso que había visto todo lo que había sucedido entre Lucas y Hayley. Ella pensaba que era una simple pelea. Nunca se llegaría a imaginar la importancia de aquella llamada. Nadie se la llegaría a imaginar hasta el momento de la verdad.

Lucas, decepcionado por lo que Hayley había hecho, subió a su cuarto indignado. Hayley le siguió.

-¿Por qué lo has hecho?-preguntó Lucas aún con la decepción en sus palabras.
-Sabes que debía hacerlo.
-No de este modo. ¡Hayley, por favor! Preocupate de la universidad, de tu familia de ti misma pero ya no intentes arreglar cosas que sabes que ya no puedes. ¿No crees que te mereces un descanso? ¡Todos nos merecemos un descanso!
-Lucas...Yo...-a Hayley no la salían las palabras así que simplemente se sentó al lado de Lucas y le abrazó.

Los dos procuraron disfrutar de ese momento. Aunque tampoco es que hubiese mucho de lo que disfrutar. Estaban solos en la habitación. El silencio reinaba. Y demasiadas veces había presentido que todo eso estaba mal. Que a pesar de ser matrimonio forzado y quererse, estaba mal. Todo.

-A todo esto...-comenzó a musitar Lucas-Felicidades.
-¡Gracias!-exclamó Hayley mientras se lanzaba a su cuello para abrazarle.

Siguieron riendo y discutiendo, cantando y silbando hasta que Hayley se dio cuenta de algo.

-¡Idiota! Hemos trasladado la fiesta a aquí arriba y no hemos avisado a Alice.
-¡Anda! Es verdad.

Bajaron corriendo con un par de peluches más en cada mano y avasallaron a Alice con ellos en la guerra de peluches.

La hora de cenar rondaba y Lucas comenzó a cocinar la cena. Hayley se le unió. De vez en cundo sus manos se juntaban mientras hacían algo.

-Le quieres mucho. ¿no?-la voz de Alison sorprendió a Hayley. ¿Alison? ¡Alison! La clara figura de Alison estaba apoyada contra la puerta jugando con un mechón de su pelo.

La Alison que Hayley estaba viendo era maliciosa y madura. Juguetona en el sentido perverso. Se giró a Lucas para preguntarle si había oído y visto lo mismo que ella pero Lucas no miraba en la misma dirección. Tenía que cerciorarse de que aquella imaginación no era real, porque no se lo creía.

Se acercó lentamente con la mano ya preparada para sentir el suave tacto de la mejilla de Alison y decepcionarse por ser una simple madera. Cuando estuvo apunto de tocarla, Lucas habló.

-¿Qué haces?
-Nada, quería ver de que tacto era esta madera.-se giró para ver a Lucas.

Lucas bajo la mirada decepcionado de la poca originalidad de la respuesta de Hayley y siguió preparando la ensalada. Cuando Hayley volvió la mirada hasta la posición donde estaba Alison, esta había desaparecido. Estaba tan cerca y a la vez tan lejos de la respuesta.

Hayley, aturdida, siguió cocinando. Tenía el presentimiento que esto sería algo malo. El espiritu de Alison apareciéndose, su tumba profanada, los acosos de Andrew... Era todo loq eu ella no quería tener presente n su vida, pero aún así estaba.

Cuando terminaron de cenar, Hayley subió a su cuarto y agarró su teléfono móvil. Busco en su lista de contactos. Desde que había descubierto que tenía dos hermanas hablaba con ellas cada poco tiempo. Había establecido una conexión especial con Irina.

-¿Si?-contestó Irina al otro lado de la linea.
-Necesito hablar.-musitó Hayley entre sollozos.
-¡Mi vida! ¡No me llores! Recuerda, tú eres Hayley Hardwicke, tú puedes con todo lo que se te venga encima. Siempre ha sido así y siempre lo será.
-Se me ha aparecido Alison. O su espiritu o lo que dmeonios fuese. Dime la verdad ¿me estoy volviendo loca?
-No digas chorradas. A todos nos pasan cosas así después de la muerte de seres queridos. Sufrimos pequeños delirios.
-¿Pequeños? ¡Vi a Alison! ¡con mis propios ojos!
-Pequeña, tomate una Lexatin y relajate ¿de acuerdo? Descansa un poco que ya te están haciendo mucho daño.

Hayle colgó y fue al baño al cajón de medicamentos donde escondía las pastillas. Rebuscó y encontró las pastillas recomendadas por su hermana mayor. Realizó lo que ella la dijo.

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